Fotografía: Amaya Ortega
Todos tenemos un infinito en nuestro interior. El mío particular, se está expandiendo tanto que ya no cabe en mi cuerpo humano. Salen letras y palabras disparadas de mi cabeza y me distraen. Mi mente escribe sin descanso. Por eso necesito darle más espacio, sacarlo fuera, compartirlo, y así poder vaciarme, de tanto en tanto, y descansar un rato en silencio.
A mi infinito particular le gusta mucho expresarse a través de la palabra, a través de la música, enlazando mundos, estableciendo conexiones.
A mi infinito particular siempre le ha gustado volar, lanzarse en picado del cielo al infierno y emerger después como un ave fénix.
A veces en mi soledad, me ilumina un poema de alguien, o una música, o una película, o una palabra. También sé que mis palabras iluminan muchas veces a otros.
Siempre me maravilla como alguien a quien no conozco escribió un día una canción en inglés, en Athens, Georgia, USA, que me impactó el corazón aunque sólo entendía la palabra libélula o religión. Y le sentí tan cercano, como un hermano. Y como yo, a tantos miles de personas les pasó lo mismo. Porque estamos todos conectados y necesitamos resonar juntos. Y cada día alguien escribe algo y alguien, quizás al otro lado del planeta, lo lee. Y se encuentran.
Por eso mi intención con este blog es acompañar, aportar luz, divertir. Un pequeño periódico que acompañe un rato de descanso en el día a día, que nos saque una sonrisa y nos reconforte el corazón.
Uno de mis profesores de yoga de EEUU nos decía: Always see the Good (siempre mira lo bueno). Verena, una vieja amiga de Alemania, con sólo 18 años me decía “Man muss immer positif denken” (siempre se debe pensar en positivo).
Hablo todo el tiempo de la luz, de lo bueno. Pero lo cierto es que a día de hoy no soy partidaria de negar el mal, al mal hay que mirarlo de frente. No creo que se trate de extirpar el lado oscuro de nuestra dualidad, bajo cuya legendaria lucha subyace la unidad.
Más bien creo que necesitamos integrar nuestras sombras, conocer nuestra oscuridad y la del mundo, sostenerla respirando en calma, atravesar el miedo, amando lo que somos y lo que es, mientras seguimos poniendo toda nuestra acción en desplegar lo mejor de nosotros mismos, en ser más conscientes y crear un mundo feliz e iluminado.
Al mirarnos dentro y mirar el mundo con honestidad vamos quitándonos los filtros que nos impiden ver, detrás de la apariencia, detrás de la ignorancia, detrás de todas nuestras creencias, el prodigio de lo real, a cada instante.
Aquí está lo mejor y lo peor de mí
Mi termómetro, mi quilate
Vamos, retrátame
No es imposible
No soy difícil de leer
Haz tu parte
Yo soy de aquí, yo no soy de Marte
Vamos, date cuenta
No lo ves, en mi cara, llevo el estandarte de mí.
Eso sí, no te pierdas al entrar
En mi infinito particular
En algunos instantes
Soy pequeñita y también gigante
Vamos, hombre, declárate
El mundo es portátil
Para aquellos que no tienen nada que ocultar
Mira mi cara
Es sólo misterio, no tengo secreto
Vamos, no tengas miedo
El agua es potable
De aquí puedes beber
Eso sí, no te pierdas al entrar
En mi infinito particular
Compuesta por Arnaldo Antunes/Carlinhos Brown/Marisa Monte